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martes, 27 de agosto de 2013

Rubio, Paquita



















 Juana Francisca Rubio (Paquita Rubio)

A Juana Francisca Rubio todos la conocían como Paquita. Esta pintora fue una de las dos únicas mujeres cartelistas en los años de la Guerra Civil, como recordaba un familiar. Paquita murió ayer en su residencia de Madrid a los 96 años. Casada con el pintor José Bardasano, compartió con él los sinsabores de la contienda en Madrid. Allí nació su primera hija, con la cual tuvo que marchar a Valencia al mismo tiempo que el Gobierno republicano era evacuado. Pero cuando tuvo bien situada a su hija, entonces de tres años, se montó a hurtadillas en un camión de verduras y, rodeada de coles, volvió a la capital junto a su esposo. Bardasano dirigía el taller La Gallofa de las Juventudes Socialistas Unificadas. Allí Paquita diseñaba sus carteles, mientras otras mujeres bordaban banderas republicanas, como recordó hace cuatro años en una entrevista para EL PAÍS. Tenía entonces 92, y sus carteles estaban expuestos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La muestra, organizada por la Fundación Pablo Iglesias, recogía la obra de otros cartelistas que ilustraron la propaganda durante la Guerra Civil. "Ninguno de los dos éramos cartelistas", recordó entonces Paquita refiriéndose a su esposo y ella, "pero pusimos nuestro arte al servicio de una causa que nos parecía justa". Bardasano intentó alistarse en las filas republicanas, pero las Juventudes Socialistas decidieron que se dedicara a la propaganda. "Estaban cayendo las bombas", recordó su esposa casi seis décadas después, "y ya estaba Pepe haciendo el cartel: Por aquí pasó la barbarie". Al final de la guerra, Juana Francisca Rubio salió hacia Barcelona con su hija. Allí tomaron un tren hacia Francia, pero fue bombardeado y tuvieron que recorrer a pie la distancia que las separaba de la libertad, Bardasano tuvo menos suerte y terminó en el campo de concentración de la playa de Argeles Sur Mar. Pero Paquita, que ya estaba en París, movió allí sus influencias y consiguió que su esposo se reuniera con ellas. Poco después salieron todos en el buque Sinaia, fletado por el Gobierno de Lázaro Cárdenas para trasladar a los exiliados españoles a México. Allí estuvieron 20 años y nació su segundo hijo. Paquita se dedicó a la ilustración de libros para campañas de alfabetización. La familia regresa a España en 1960. Desde entonces se dedicó a su familia y siguió pintando, aunque en los últimos años sólo dibujaba "de vez en cuando".

Fuente: LILA PÉREZ GIL (El País, 30-01-2008)