Smowtion

viernes, 20 de mayo de 2011

HERNÁNDEZ, Miguel



"Las armas que más brillan en mis manos y con ellas tengo que transformar la vida."
Nota: definición que daba el autor acerca de su teatro y poesía.
"Adiós, hermanos, camaradas y amigos
Despedidme del sol y de los trigos"
Miguel, en los muros de la cárcel de Alicante, poco antes de morir.
"Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido,
jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños"
"Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento,
quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento."
"¿Qué poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras...".
"Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte"
"Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio".


EL SUDOR

En el mar halla el agua su paraíso ansiado
y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje.
El sudor es un árbol desbordante y salado,
un voraz oleaje.

Llega desde la edad del mundo más remota
a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
a sustentar la sed y la sal gota a gota,
a iluminar la vida.

Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
de la lágrima, deja rodando por las eras,
del abril al octubre, del invierno al verano,
áureas enredaderas.

Cuando los campesinos van por la madrugada
a favor de la esteva removiendo el reposo,
se visten una blusa silenciosa y dorada
de sudor silencioso.

Vestidura de oro de los trabajadores,
adorno de las manos como de las pupilas.
Por la atmósfera esparce sus fecundos olores
una lluvia de axilas.

El sabor de la tierra se enriquece y madura:
caen los copos del llanto laborioso y oliente,
maná de los varones y de la agricultura,
bebida de mi frente.

Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos
en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,
no usaréis la corona de los poros abiertos
ni el poder de los toros.

Viviréis maloliendo, moriréis apagados:
la encendida hermosura reside en los talones
de los cuerpos que mueven sus miembros trabajados
como constelaciones.

Entregad al trabajo, compañeros, las frentes:
que el sudor, con su espada de sabrosos cristales,
con sus lentos diluvios, os hará transparentes,
venturosos, iguales.

Miguel Hernández, 1937

Obras
http://elociodelpueblo.blogspot.com/2011/05/joan-manuel-serrat-miguel-hernandez.html

En LA WIKIPEDIA:
http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Hernandez

“No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España”.
(De Vientos del pueblo. Primera publicación: El mono azul, núm. 9,
Madrid, 22 de octubre de 1936)

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